lunes, 30 de enero de 2012

CAPÍTULO QUINTO (Primera Parte) ~ Un Nuevo Comienzo


     Me retiré el pelo de la cara mientras el viento recorría la bahía bajo mis pies. Era uno de los mejores sitios de la ciudad, Lacebark se abría ante mis ojos y tras de mí el amplio mar traía un olor salado a esperanza y libertad.

-    Muy bien ya hemos terminado – dijo Ben con la cámara de fotos en la mano – Muchas gracias por tu ayuda, Silver.
-    Ya sabes que no me gusta salir en las fotos, Ben – Le contesté con cara de preocupación.
-    Lo sé, lo sé, pero eres perfecta para mi proyecto de fotografía -  Me respondió él intentando convencerme.
-    De acuerdo, pero prométeme que no correrán estas fotos por ahí – Le amenacé.
-    Lo prometo, y ahora vámonos a clase o llegaremos tarde – Y empezó a andar hacia su coche.


    Él es Ben Gordon, 22 años, estudiante de periodismo de cuarto curso, especializado en fotografía...


     Y yo soy Silver Summer, 19 años,  segundo curso de la misma carrera, especialista en crítica culinaria, o al menos, eso desearía.


     Ben es uno de mis mejores amigos, tenemos en común asignaturas de segundo y por ello estudiamos juntos muchas tardes. Y ese que viene por ahí es Jack Sanders, 24 años.


-    Hola cariño -  Me dijo mientras me besaba.
-    Hola cielo – Le respondí con una sonrisa, casi sin dejar de caminar hacia la facultad.


     Bueno no es muy difícil de ver que Jack es mi novio, le conocí el año pasado en “Teoría de la Comunicación Mediática”, asignatura de primero que él tenía pendiente, él está en cuarto y Ben y él son inseparables. Si no fuera por ellos y por Cynthia, aún seguiría sentada en un rincón del aula sin hablar con nadie y haciendo trayectos de casa a la facultad y viceversa sin fijarme apenas en lo que me rodeaba.


    Vine a estudiar aquí porque deseaba con todas mis fuerzas huir de Natsville, un lugar que odio completamente porque en él viví una de las peores épocas de mi vida, bueno en realidad eso es lo que pienso ahora, cuando llegué a Lacebark, lo único que deseaba era volver a casa con mi madre y esconderme en aquella pequeña casa para no volver a salir jamás.


    Los tiempos cambian… la gente cambia… y claro yo cambio también, es algo… natural. O al menos eso quiero pensar, mejor eso que creer que me estoy volviendo excesivamente descocada…

    Las clases aquel día eran verdaderamente aburridas, sería que estaba cansada, o que era viernes, pero no quería estar ni un segundo más allí.


-    Oye – le susurré a Jack al oído -  ¿Y si nos vamos?
-    ¿Ahora? – Me contestó incrédulo.
-    Sí, estoy muy cansada y no aguanto a esta tía – Le expliqué.
-    Bueno, de acuerdo – dijo él – Vámonos.

     Así que nos levantamos y salimos del aula en medio de la clase, la profesora ni se inmutó, había mucha gente que dejaba sus clases a la mitad, debía tener asumido ya que eran muy aburridas.


-     Bueno, señorita – Me miró Jack -  ¿Y a donde quiere que vayamos?
-    ¿A la playa? – Le pregunté con una sonrisa.

    Desde que llegué a Lacebark había desarrollado un gran amor por la playa… la ciudad tan grande y tan llena de ruidos, de coches y de polución, desaparecía cuando íbamos a la playa, era un lugar muy tranquilo, en el que se podía meditar y charlar sin tener que pensar en la cantidad de Dióxido de Carbono que podía llegar a infestar nuestros pulmones en cada bocanada de aire.


    Así que pasamos la tarde en la playa, realmente adoraba aquel lugar, su olor, su tranquilidad… perfecto.

    Cuando llevábamos un rato allí, Jack empezó a hablar con un tono un poco suplicante, no sé como describirlo, intentaba proponerme algo pero no sabía muy bien como y daba rodeos…

-    Esto… Silver… -  Empezó.
-    ¿Si? -  Le transmití que le estaba escuchando, pero sin perder la vista del agua.
-    Veras… en un par de semanas… - intentó continuar.
-    ¿Tienes algún examen en el que necesites mi ayuda? – Pregunté, intentando ayudarle a hablar.
-    No, no es eso… - Me cortó y se puso algo colorado.
-    ¡Ah! ¡ya sé! – Le dije entusiasta -  Quieres que le pidamos a Cynthia que cocine tu plato favorito…  -  empecé a decir…


-    ¡Que no Silver, que no es eso! -  Me gritó.
-    Oh, perdona… - Le respondí avergonzada.
-    Es que en dos semanas es nuestro aniversario, ¿recuerdas? – Me empezó a explicar…
-    ¡Es verdad! Con los exámenes se me había olvidado – me disculpé.
-    Bueno pues había pensado… si querrías… - Intentaba decirlo, pero no le salía, me tuve que morder la lengua para no adelantarme como antes.- Si querrías… venir a pasar el fin de semana fuera conmigo.
-    ¡Claro! -  Afirmé entusiasmada - ¿A dónde vamos?
-    Había pensado ir a Cainar, es un país muy romántico – Me dijo al fin.
-    Me parece perfecto.

     Las dos semanas pasaron volando, pero hicimos lo que solemos hacer normalmente…

     Por la mañana iba a clase a la facultad de periodismo de la ciudad, realmente creo que era la unica facultad de periodismo de todo el país, por lo que tuve que subir mucho mis notas de los ultimos años de instituto para poder acceder a ella. Como no salía de casa, casi nunca, tuve mucho tiempo para estudiar, posicionandome en los examenes de acceso como la tercera de mi promoción.


    Por las tardes, estudiaba, a veces sola, a veces con Jack, otras veces con Brian e incluso los 3 juntos. Pero lo que más me apasinaba de las tardes en las que no tenía que estudiar, era sentarme delante de mi ordenador en mi pequeño cuarto y escribir. Escribir cualquier cosa que se me ocurriera, aunque normalmente solían ser paginas de una novela dramática que había empezado a escribri hacía 18 meses. No avanzaba mucho, ya que con la universidad no tenía tiempo, pero al menos lo intentaba...


    El tiempo que tenía libre, que solía ser por las noches, lo pasába con Jack…

    Íbamos al parque a "observar a la gente y a los niños", por decirlo de algún modo... ilustre… Es que no sólo de escribir vive el periodista...


    Salíamos a los pubs o a bailar auqnue luego terminabamos volviendo a observar a la gente…


    Nos sentábamos en mi casa a ver la televisión, auqnue pocas veces nos enterabamos del programa que ponían en ella…


    En estas veladas a veces nos acompañaba Cynthia, la chica con la que compartía la casa de alquiler, ella tiene un año más que yo, estudia psicología y por las tardes trabaja en un restaurante, creo que es ayudante de cocina.

    Y así era nuestra monótona rutina...

jueves, 26 de enero de 2012

Bueno os quiero enseñar también esta portada que me ha hecho Tomy, del foro de Capitalsims.

Gracias Tomy!!! Es muy bonita!!!


CAPÍTULO CUARTO ~ Crecer


    La noche pasó bastante lenta, no dormí bien de lo nerviosa que estaba y daba vueltas y vueltas por la cama de forma inquieta. Por la mañana tenía una cara horrible, así que necesité un kilo de maquillaje para parecer una persona “normal” (Si es que eso se podía conseguir en mí). 



    Elegí un modelito casual, pero muy bonito un jersey de entre tiempo, hecho de lana finita, con escote cruzado en tonos verdes y amarillentos, que dejaba buen lugar para colocar un colgante en plata, con forma de corazón que me había regalado mi madre al empezar el instituto. Y un pantalón de strecht con una tonalidad amarillenta parecida a la del jersey y terminado con unos zapatos de “chúpame la punta” en tonos verdes. Me recogí el pelo de manera discreta, sujetando únicamente la parte delantera, y dejando así mi larga melena caer sobre mis hombros y espalda.


    A las 12 ya salí de casa, preparada para  el tiempo que tuviera que esperar con mi libro, mi móvil y dinero para pagar mi comida.  Llegué a allí muy pronto...
 
    
    Me senté en un banquito delante de la tienda de disfraces. Como quedaba más de media hora para la una, me puse a leer. 



    Dieron la una en el reloj de la plaza, Daniel aún no llegaba. Me levanté para comprarme algo de comer, mientras tanto y me volví a sentar a esperarle.



    La una y media... Me parecía raro que tardara tanto. Saqué el móvil del bolsillo y marque su número. 


 “El teléfono al que llama está apagado en este momento, inténtelo de nuevo más tarde”

-    Vaya, que extraño que se retrase - pensé... Y volví a sacar el libro.

    Las dos de la tarde, volví a marcar el número....



“El teléfono al que llama está apagado en este momento, inténtelo de nuevo más tarde”

   ¿Y si le había pasado algo? Me puse nerviosa... Y en ese momento sonó el teléfono.
-    ¡Es él! – Pensé y contesté a toda velocidad, sin siquiera mirar la pantalla -  ¿Dígame?


-    Silver, hija. ¿Dónde estás? ¿No piensas venir a comer? Son más de las dos. – Dijo mi madre de carrerilla y sin dejarme hablar. (Maldición, se ve había olvidado decirle que no iba a comer).

 
 

-    Perdona mamá, es que tenía que ir a comprar una cosa. – Respondí mirando el reloj, las dos y cuarto – Pero ya voy para allá, si no me quieres esperar, no pasa nada.

    No había venido... 

    Recogí mi libro y me fui a casa. No podéis imaginaros mi desazón en aquel momento. Con lo ilusionada que estaba y la vida volvía a darme otro mazazo más. 



    Tras aquel día, seguí llamando al número de teléfono de Daniel. Nunca se volvió a encender... 



    Mi vida era un desastre… estaba muy desanimada y sin ganas de nada…
 

    Sentía como si mi mente se nublara, y esa niebla bajara hasta mis ojos, me inundara la vista y me provocara enormes ganas de llorar…


    Era como si el techo fuera a desplomarse en mi cabeza en cualquier momento, incluso a veces tenía la sensación de esperar que eso ocurriara y hasta desearlo…



    Que se abriera un agujero bajo mis pies y me tragara para siempre, total nadie se daría cuenta, ya que nadie reparaba en mi presencia… No quería seguir… quería quedarme allí en la cama para siempre…


    Seguía yendo a clase, gracias a mi madre… Con el tiempo cada vez estudiaba más horas, ya que cuando lo hacía se me olvidaba el desgarro que sentía en mi corazón, que incluso dolía físicamente… Se supone que los sentimientos son producidos por nuestro cerebro y que escogemos el corazón como expresión de los mismos, pero realmente a mí, me dolía el pecho y me destruía por dentro toda esa pena que estaba sobrellevando…



    Para hacerla desaparecer un poco, aparte de estudiar y leer… 


    Escribía… escribía todo lo que sentía… historias melancólicas, poesías tristes… lo que me salía…



    Aquellos años los recuerdo… como los peores de mi vida…

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    Bueno pues este es el fin de la primera parte... Espero que este capítulo os haya gustado... bueno... más que gustado... que os haya llegado... 

   Se trataba de sorprender y de emocionar, no sé si lo habré conseguido...

   Y como se acaba esta parte, os dejo una fotito especial de recuerdo, con todos los personajes que han aparecido más o menos... hasta ahora... (Solo falta Laskmi, la madre de Silver...)

   Muchos besos y espero que sigais leyendo.
 
 

martes, 17 de enero de 2012

CAPÍTULO TERCERO ~ Estar en una nube




    Al día siguiente, todo me pareció maravilloso, la decoración rústica de mi casa daba la impresión de perfección, las lamparas de pared que siempre me parecieron horrorosas, eran preciosas. Y el sol, el luminoso y espléndido astro daba, con el amanecer, la bienvenida a un fantástico, colosal, y perfecto Domingo. 



    Como podéis comprobar... la emoción y la alegría me embargaron totalmente. Veía cosas adorables por doquier e iba cantando alegremente, cosa no muy común en mí... Mi madre como siempre estaba fuera, entrenando a sus indomables corceles. 




    Y en casa sólo estaba Paige, su asistente, realizando las tareas del hogar. Ella pudo notar mi cambio de ánimo.




-    ¿Ocurre algo, Silver? -  Me preguntó, intrigada.
-    No, nada, solo que estoy de buen humor – respondí mientras cogía la ropa para ir a ducharme y a vestirme.
-    Si, eso he percibido... – empezó a decir - ¿Pero por alguna razón en particular?
-    Ninguna, solo que hoy me siento bien. – Le dije mientras bajaba por las escaleras en dirección al baño.

    Y  así un día de fiesta algo diferente a los demás. Desayuné y bajé a ayudar a mi madre con las yeguas, teníamos a un par de ellas preñadas y debíamos cuidarlas muy bien, para que los embarazos llegaran a término. Siempre me encantaron los potrillos. Eran taaan monooos.


   
    Y llegó el lunes...

     En el instituto no se habló de otra cosa que de la fiesta, todo el mundo estaba eufórico, y aunque yo no pude unirme a las celebraciones, ya que yo no había estado “invitada”, solo me senté a escucharles desde mi sitio. Así pasé un principio de semana divertido y gracias a eso, se me olvidó que empezaba a estar nerviosa porque él no me había llamado.




    El Martes empezó a amainar el ambiente festivo y ya no me fue tan fácil dejar de lado la sensación que empezaba a apoderarse de mí... el desasosiego me invadía al no haber recibido noticias de él en tres días...




    Después de una mañana de duro trabajo y una buena comida, me senté en el sofá a pensar... La verdad es que quería llamarle, quería hacerlo con todas mis fuerzas. Coger el móvil y marcar su numero... Una parte de mí lo pedía a gritos, pero la otra me decía... ten paciencia, deja que pasen unos días, ya llamará él... ¿Pero y si no lo hace? Y así el dialogo interno proseguía...



    Al fin decidí no dejarme llevar por el ímpetu y ejercitar mi paciencia. Así que hice lo que hago cuando no tengo deberes... Culo de Sofá MODE: ON. 


    Hice Zapping hasta encontrar una comedia romántica, muy apropiada para mi estado de animo y allí me quedé...


    El Miércoles por la noche ya no pude esperar más y le envié un mensaje...




    No quería parecer ansiosa, por eso no le puse nada más, pero al menos quería saber si el móvil no sería erróneo. A los pocos minutos sonó un pequeño ¡BIP!



    No me lo podía creer, ¡me había contestado! Ahora si que me puse contenta. El número estaba bien, él estaba bien, me había respondido al mensaje de texto. La fiesta había sido real y yo era una adolescente algo impresionable...  (Ahora me doy cuenta de ello...)




    La alegría me duró todo el día siguiente, pero el Viernes, ya estaba apagada de nuevo... Tengo que hacer algo - me dije... Y en aquel momento me armé de valor para sacar el móvil del bolsillo y marcar su numero de teléfono...

    1... 2... 3... tonos de llamada...




    ¡CLICK!

-    Hola preciosa – Oí al otro lado del auricular.
-    Hola Daniel – Dije, intentado disimular mis saltos de alegría por el jardín. – ¿Cómo va todo?
-    Bien, solo que he estado muy ocupado con las clases esta semana. – dijo - No he tenido tiempo ni de respirar.
-    ¡Oh! La verdad es que me extrañaba que no me hubieras llamado – Solté con aires de suficiencia fingida.
-    Si... Lo siento mucho, pero no he podido hacerlo. -  Se disculpó él.
-    No te preocupes... – Le respondí, quitándole importancia - ¿Quieres que nos veamos este fin de semana?
-    Si, claro – Me contestó - ¿Quedamos mañana para comer?
 

-    Muy bien – Acepté cortés, aunque me estaba mordiendo la lengua para no gritar... – ¿A la 1:00pm en el Carnage Bulevard?
-    Sí, junto a la tienda de disfraces – Propuso él.
-    Muy apropiado... jajaja – Me reí
-    Jejeje – Y él también... -  Bueno nos vemos mañana.
-    Sí, hasta mañana. – Respondí.
-    Bye.

¡CLACK!

     En el momento en el que colgué el teléfono me puse a dar saltos por todas partes... tenía una cita, la primera en toda mi vida. 




    Que nervios... - ¿Y que voy a ponerme? ¿Qué voy a hacer? ¿Qué le voy a decir a mi madre? - Y pensando, pensando, salí corriendo escaleras arriba para probarme todo el armario a ver que podría ponerme.